- No utilices lavadoras ni lavavajillas a media carga. Si estás pensando en comprar alguno de estos electrodomésticos, asegúrate de que tengan la etiqueta de eficiencia A, que es la que garantiza un 50% del ahorro de agua y electricidad.
- Usa grifos monomando. El goteo de los grifos es uno de los enemigos más habituales del ahorro de agua. Contrólalo con grifos monomando o con aquellos diseñados especialmente para tal fin. Un problema de los grifos monomando es que si se abren a la mitad, entre la caliente y la fría, gastan agua caliente, aunque no llegue a salir caliente.
- La ducha antes que el baño. Si sigues esta recomendación, al final del año puedes ahorrar hasta 30.000 litros de agua. Además, al ducharte puedes usar cabezales de bajo consumo; otras personas son partidarias de poner un barreño para recoger el agua mientras ésta se calienta.
- Si tienes plantas, procura que sean autóctonas. Las plantas que ya están habituadas al medio no necesitan ser regadas con asiduidad. Además, riégalas a primera hora de la mañana o a última de la tarde.
- No laves el coche en casa; llévalo a un autolavado. Estos sitios están acondicionados para el ahorro del agua. En caso de que no puedas, adapta tus mangueras para que dosifiquen la cantidad de agua.
- Instala cisternas con doble descarga. Se calcula que se pueden ahorrar al menos 6 litros de agua en cada descarga. Si no puedes instalarlo, introduce una botella de plástico en la cisterna; el volumen que ocupa la botella será la cantidad de agua que ahorres en cada descarga.
- Compra sólo productos indispensables. Ten en cuenta que al comprar más artículos estás impulsando la fabricación de nuevos, algo que para las empresas supone, entre otras cosas, consumo de agua y energía. En cambio, si optas por un consumo responsable , contribuirás a frenar la superproducción.
Estos son solamente algunos consejos que puedes comenzar a poner en práctica.